Reducir la pobreza, promover el trabajo decente, y avanzar en justicia social permitirá eliminar el trabajo infantil. El trabajo infantil constituye una seria amenaza no solo para el presente y el futuro individual de cada niña, niño y adolescente, sino para el futuro colectivo de la región.
Toda actividad económica que realizan niñas, niños y adolescentes que se encuentran por debajo de la edad permitida para trabajar, así como aquellas actividades económicas que por su naturaleza o condiciones en las que se realizan son peligrosas por poner en riesgo su salud, seguridad y moralidad.
El Convenio 138 sobre edad mínima y el 182 sobre peores formas de trabajo infantil de la OIT y la Convención de los derechos de las niñas y los niños de la Naciones Unidas establecen los criterios normativos que deben regir las leyes nacionales.
convenios y recomendacionesEl trabajo infantil es una realidad para millones de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deja una aguda marca en sus vidas y constituye una barrera para superar la desigualdad persistente en la región.
El trabajo infantil no es cualquier actividad económica realizada por niñas, niños y adolescentes (como la ayuda familiar o la enseñanza acompañada), sino una difícil realidad que restringe sus derechos:
El número de trabajadoras y trabajadores infantiles en América Latina y el Caribe se ha reducido significativamente durante las últimas dos décadas. Sin embargo, aún tenemos 8,2 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil, de los cuales, 5,5 millones realizan actividades peligrosas.
Esta situación se ha visto exacerbada por la crisis generada por la COVID-19, sanitaria, económica y social. Estos factores han contribuido a un incremento en el número de niñas, niños y adolescentes involucrados en el trabajo infantil, profundizando aún más las vulnerabilidades existentes en las familias.
Retroceder no es una opción.
Más de 8 millones de niños y niñas se encuentran en situación de trabajo infantil
Proporciona mapas que permiten -a partir de la información estadística existente en los países- identificar los territorios en los cuales hay mayor probabilidad o vulnerabilidad al trabajo infantil. Esto posibilita diseñar respuestas focalizadas y articuladas, lo que mejora el desempeño y la efectividad de las políticas públicas.
El Observatorio Regional de Trabajo Infantil proporciona una plataforma de seguimiento y conocimiento de los avances que realizan los países de América Latina y el Caribe en la prevención y erradicación del trabajo infantil. Toma como base los criterios que se desprenden desde el Convenio 138 sobre edad mínima y el Convenio 182 sobre peores formas de trabajo infantil.
Es una herramienta esencial que permite seguir el progreso de las prioridades establecidas por los países de la región, para promover la prevención y erradicación del trabajo infantil en América Latina y el Caribe. Estas prioridades se enmarcan en el Seguimiento al Programa Regional Acelerado para la Erradicación del Trabajo Infantil, el Llamado a la Acción de Durban, y los Planes Acelerados de Actuación para cada país.